Son las 3:43 de la madrugada y se
me ha roto la máscara, no sé si es el calor, este punzante dolor de estómago o
esa lava que intenta salir de mi garganta como si yo tan sólo fuera una
cáscara. Me
encuentro tan mal que en este preciso instante no me importa ni mi madre, la
sangre se agolpa en mi sien, me duele el pié izquierdo, me sabe mal la boca y
esta noche no tengo máscara. He vomitado tanto que me ha dado por pensar, soy
Adán y mañana quizás sí, pero esta noche no tengo tapujos. Mi yo más sincero sale a pasear, el malestar y el pensar de un largo
paseo han hecho grietas, no sé si es el calor, este punzante dolor de estómago
o esa lava que intenta salir de mi garganta pero se me ha roto la máscara, ya
no son exactamente las 3:43 de la madrugada pero que importa eso. No hay
tapujos, ni máscara que me proteja, me pica el tatuaje, hasta la tinta se
revela…
Es tarde pero que mas dá, hace
tiempo que el despertador no me nombra, y aquí estoy yo perdiendo el tiempo
analizando mi caos. Me quedo pensando, me miro… Que manos tan feas. La verdad
es que soy un tipo acomplejado, poseo una fea cáscara pero más me enciende el
pensamiento global de que todo lo valioso debe ser atractivo, lo pienso incluso
de mis amigos, todo el mundo es superficial, incluso yo, pero lucho por
eliminar ese condicionamiento. Cuando me aburro abro diez conversaciones de
whassap, me contesta una persona, dice “ok.” Sinceramente pienso que tengo a mi
alrededor bastantes personas que estarían para lo malo pero muy muy pocos para
lo bueno, siempre he pensado que al menos para mí es más sencillo sentir
empatía y ayudar a alguien en un apuro, que disfrutar lo cotidiano de un día,
no creo que sea el único que se da cuenta de que muchas personas sólo te hablan
si estás mal, puede parecer bueno pero pensadlo bien, para nada lo es.
Rescato una conversación
interesante al mes, ¿Significa eso que no me rodeo de personas a mi alrededor
de la sensibilidad adecuada?, ¿O es que soy un completo inepto en esto de las
relaciones sociales? Quiero pensar que mucho más de lo segundo, y pensándolo
tiene mucho sentido…Romper mi máscara, romper la suya, mucho trabajo ¿Y para
qué? Al fin y al cabo ésta volverá a su sitio. Tengo la impresión de que causo
buena impresión a las personas, caigo bien inicialmente con facilidad pero
cuando me conocen les defraudo, camino continuamente en la línea roja de la
veracidad o falsedad de este pensamiento y no sabéis cuanto, cuanto me pesa…
Realmente nadie me conoce lo más mínimo, no soy capaz de ordenar este caos y
presentarlo de forma sociable, pero la máscara ayuda, la timidez, el humor, el
altruismo vuelven todo más sencillo, si bien no son del todo una máscara pues
ocupan su espacio dentro de mi caos, pero protegen con fuerza al resto. No
intentéis conocerme, solo soy yo cuando escribo.
No sé si es el calor, este
punzante dolor de estómago o esa lava que intenta salir de mi garganta pero se
me ha roto la máscara, a veces danzo con mi yo más oscuro, dejo salir a la
locura y hablo conmigo mismo “Adán vete a buscar trabajo con tu mierda de
currículum”, “Adán prueba a acercarte a esa chica”, “Adán a ver si adelgazas”,
“Adán deja de ser tímido”, “Adán participa más”, “Adán no te metas”, “Adán ¿Qué
has hecho?”, “Adán bésala”, “Adán ¿Por qué no escribes?” “Adán deberías tener
más conocimiento” “Adán”, “Adán muestra algo de aprecio a tu madre” , “Adán”, “Adán”,
“Adán”, “Adán”, “Adán”, “Adán”, “Adán”…Odio mi nombre, no se acercarme a las
chicas por mucho que me interesen, no se peinarme, hace calor y me duele el pie
izquierdo. Odio mi condición de hombre, me impide ver a mis amigas con el
corazón, no sabéis a cuantas de vosotras arrancaría la piel a mordiscos…
Necesito una amiga fea.
Tengo la sensación de que llevo
una temporada de constante caída, más profunda que tus caries, mucho tiempo ha
pasado ya desde que me pasara algo realmente bueno y que durara en el tiempo,
no es una visión pesimista pese a lo que podáis creer pues tengo una curiosa
manera de medirlo. ¿Cuándo fue la última vez que viste que tenías algo y lo
perdiste? Hasta que no llega ese momento no eres consciente de que tenías algo
de valor. Quiero sentimientos profundos pero, a la mayoría tan sólo le preocupa
su aspecto, su cara, su cuerpo, dinero, la moda, una casa, un coche, el
trabajo, una novia de infarto pero luego se quejan de celos, de no tener amigos
sinceros, del trabajo, de problemas que vienen de vidas realmente sin frenos.
Estamos en casa encerrados, no
vives, hace falta trabajo para malgastar dinero en cosas inútiles y también lo hago, pues yo que odiaba el
alcohol comienzo a no concebir un viernes sin cerveza, pero me pesan mucho las
cosas a las que no les doy utilidad, y así pasa otro día más, yo sigo teniendo
calor y se me ha roto la máscara, tú no eres nadie, no importa tu nombre, me
reconcome por dentro el tiempo malgastado, hay tantas cosas que debí haber
hecho. Sin embargo y a pesar de que me he equivocado mucho no me arrepiento de
lo que he hecho hasta ahora, pero tampoco repetiría nada, ni el polvo más
feroz. Valencia tus calles apestan, estoy cómodo en ellas, cuando necesito
pensar salgo a andar con mi música y
camino y camino, y ando, y ando lo suficiente para arrepentirme en el camino de
vuelta. Si pudiera volver a ver a mi padre una sola vez, primero le daría un
puñetazo, luego le abrazaría y acto seguido me despediría, ya no soy capaz de
crear lazos sentimentales familiares con facilidad.
No sé si soy tremendamente
complicado o tremendamente simple, no dejo de ser como cualquier otro, me gusta
la compañía, la música, adoro el sexo, me gusta beber, leer y también
divertirme, me considero una persona tremendamente creativa y mi ego habita en
mi trabajo, nadie puede hacer mejor algo que yo sepa hacer bien, porque no hay
nadie que motivado se esfuerce más que yo. Me retuerce por dentro el tiempo que
pasa, mis incertidumbres nacieron demasiado tarde, me obsesiona la idea de
dejar algo en el mundo cuando marche, llevarme algo también. Con casi un cuarto
de siglo encima no ves las cosas tan claras, pero ahora mismo hace calor y me
duele el pie izquierdo, ah sí! Y se me ha roto la máscara. Uno de mis más
oscuros pensamientos reside en la obsesión de esta sociedad por la necesidad de
ser amable, yo lo soy, natural e intrínsecamente lo soy, es una de las partes
de mi caos más expuestas pero… ¿Por qué siempre ha de ser así? Nos piden
continuamente que entendamos el punto de vista de los demás, hay que vivir en
sociedad y todas las personas somos válidas de respeto sin importar para nada
lo absurdo, necio, asqueroso, anticuado, sesgado, plagado de subjetividad que
sea su punto de vista, nos piden entender los errores del resto, sus vidas
desperdiciadas ¡Con lo que me pesa a mí estar desperdiciando la mía!, tengo que
entender un punto de vista nacido de haber madurado mal, de vivir sin un
enfoque, sin vergüenza, de personas que se niegan a ver, que desprecian el mío
y me dicen que no es su culpa, que tengo que ser amable, ocultar mi opinión,
dejarlo estar y aprobar su conducta pero… ¿Si no es su culpa, de quién es?
¿Acaso tuya? ¿Acaso es mía? Ser así no es delito ni pecado alguno pero citando
a Bukowski “La vergüenza de una vida deliberadamente desperdiciada entre tantas
vidas desperdiciadas sí lo es”.
Y ya son más de las 5 de la
madrugada, hace calor y se me ha roto la máscara, se ha calmado el dolor del
pié pero yo sigo aquí escribiendo estas patrañas sin sentido, ains Adán que
desperdicio de tiempo. Hecho de menos cuando eso no me importaba, cuando la
rutina bastaba y no éste incesante hambre feroz de hacer cada segundo único, no
sabéis la enorme decepción que esconde el tiempo, es más de la que podáis
sentir. Yo tan sólo quiero dejar huella, cosa que no siento haber hecho hasta
ahora en nadie, siento y me han demostrado hasta ahora que todas las personas
por las que estalló mi pecho no he supuesto ningún tipo de punto de inflexión,
no les robo segundos a su pensamiento, ni arranco sonrisas en un feliz
recuerdo, yo que tomé virginidades, dije para siempres, compartí experiencias,
fuí una constante, y no sólo hablo de las chicas en las que posé mis labios o
regalé sudor y orgasmos, sino de amigos y amigas, compañeros, personas que
compartimos un momento o un periodo, siento no haber dejado la huella que todos
ellos “SÍ” han dejado en mí, mi máscara nunca dejó plasmar en ellos mi esencia,
y no hablo sólo de amor, porque si hablase de amor…
Yo ya me río del para siempre, el
amor para mí se define en que todos protegemos la flor, hasta romperla. Por eso
no existe el para siempre, algo tan frágil y que se protege con tanto esmero
puede ser destruido por ti mismo o la otra persona en un instante, por eso
debéis disfrutar de la flor mientras sea bonita. Tan sólo busca una persona que
te rompa los esquemas, no busquéis cosas afines sino defectos comunes, así es
como perdura.
En fin… es tarde, hace calor, ha
desaparecido ese punzante dolor de estómago y se me ha roto la máscara, cuanto
tapujo suelto, cuantos trocitos que recoger, me iré a dormir, cuando despierte
la máscara estará en su sitio, los tapujos también, yo seguiré con calor,
espero que no me duela el pie izquierdo y cuando levante de la cama seguiré
preguntándome…
¿Y qué hacemos con un tipo cómo
yo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario