Amor
platónico, a mí no me engañas,
sé
que en el camino ya no acompañas,
quedaste
incrustada en mis entrañas,
mi
mente una maraña,
soy
raro ¿de qué te extrañas?,
¿recuerdas
las primeras bromas y cómo saludan las montañas?,
te
recordaré eternamente, con cariño hasta que venga la muerte y su
guadaña,
por
eso estaré siempre por encima de todos los que te tiran la caña,
éste
perro ciego sólo con tu recuerdo se apaña,
siempre
me quedará soñar con el vaho de tus labios y cómo el cristal se
empaña,
quedaste
grabada en fotos, al menos mis pupilas no te extrañan,
el
destino tenía miedo de que al encontrarnos nuestra pasión todo
estallara,
por
eso se encargó de colocarte en la otra punta de España,
eres
excepcional más echarte de menos ya no me daña,
el
final feliz contigo era una broma, una patraña,
tu
voz fue mi refugio, mi cabaña,
mi
santo y seña,
más
siempre tendrás un huequito en mi pecho, de él eres dueña,
tu
fuego ya no prende mi leña,
más
podrías hacerme arder si te empeñas,
fuiste
mi mayor hazaña,
por
eso pese al todo que se convirtió en nada, mi boli escribe hoy por
tí
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